Claudia Papic, gerente general del Fondo de Agua Santiago – Maipo
Chile se encuentra en la actualidad en un momento político de gran trascendencia. El país está en pleno proceso de cambio constitucional, con el agua como uno de los aspectos críticos en esta discusión. La nueva constitución quiere garantizar que el agua sea un derecho para todas las personas, así como que se protejan adecuadamente los ecosistemas vinculados a los recursos hídricos chilenos. Por otra parte, es necesario asegurar el suministro para los sectores económicos que están impulsando el desarrollo del país.
Como ocurre en otros países de América Latina, en los últimos años, Chile está experimentando una demanda hídrica creciente, al mismo tiempo que una disminución de la disponibilidad de agua en cantidad y calidad. El crecimiento poblacional, el desarrollo industrial y el cambio climático son los responsables de esta descompensación.
Por otra parte, se está produciendo un aumento de riesgos hídricos provocados por eventos extremos, incluso se ha reconocido a la Región Metropolitana de Chile como uno de los lugares en el mundo con mayor riesgos de desastres vinculados al agua. Esta región registra un altísimo incremento de densidad poblacional y de desarrollo económico al mismo tiempo que está sometida a condiciones climáticas extremas.
La ineficiencia en el uso del agua es otro de los grandes problemas, tanto de Chile como del mundo en general, así como las deficiencias en la gestión integrada de los recursos hídricos. Como ejemplo, en Chile existen más de 40 agencias públicas que tienen que ver con la gestión del recurso hídrico desde distintos ámbitos, aumentando el desafío y la complejidad de la coordinación.
En este escenario, el Fondo de Agua Santiago – Maipo se ha propuesto desempeñar un rol importante, desde una posición basada en la evidencia científica y con ánimo de proveer al debate político de información objetiva y contrastada; actuando como articulador, generador de alianzas y promotor de acciones colaborativas entre las distintas organizaciones e instancias que están trabajando con objetivos de seguridad hídrica en la cuenca del río Maipo.
El Fondo de Agua Santiago – Maipo y su contribución a la seguridad hídrica de la cuenca
La cuenca del río Maipo es la que provee de agua al una proporción considerable de la población y la industria chilenas, además de ser un referente muy valioso en el diseño de políticas públicas. Para contribuir a la seguridad hídrica de esta cuenca se ha puesto en marcha el Fondo de Agua Santiago – Maipo, que ha visto la luz a finales de 2020.
Este Fondo de Agua trabaja para aunar la protección de los recursos hídricos, la garantía de abastecimiento para el consumo humano y la protección de los ecosistemas, con el desarrollo económico e industrial ligado al uso intensivo de agua. El Fondo, establecido en noviembre de 2020, presentó su plan estratégico en enero de 2021, tras cuatro años de trabajo previo. Aglutina una amplia diversidad de actores: organismos del sector público, empresas del sector privado, organizaciones de la sociedad civil y representantes de usuarios del agua de esta cuenca. Tiene además el apoyo del Gobierno Regional Metropolitano y forma parte de su Estrategia de Resiliencia para la ciudad de Santiago.
En estos primeros meses de actividad, el Fondo ha recopilado todo el trabajo que se ha venido realizando desde 2017 a nivel de desafíos para la cuenca, objetivos, líneas de acción estratégicas y proyectos previstos para los primeros cinco años. Además, se han generado alianzas con otras organizaciones, tanto públicas como privadas, y tanto a nivel de la misma cuenca como con de otras macrozonas a escala nacional. El objetivo de estas alianzas es que la implementación de los proyectos no se haga de manera aislada, sino confluyendo con otras organizaciones en intereses y recursos.
El Fondo de Agua Santiago – Maipo es un ejemplo a seguir de colaboración en alianzas, ya que son muy pocos los organismos que logran congregar intereses tan diversos. El Fondo trabaja para aunar el desarrollo económico y la protección de los recursos hídricos de una manera balanceada, garantizando el consumo humano y la protección de los ecosistemas, pero apostando también por el uso del agua para los sectores industrial y energético.
El agua es un recurso cada vez más escaso. Es necesario definir las prioridades, garantizar la disponibilidad de agua para el consumo humano, pero teniendo en cuenta la importancia del desarrollo económico e industrial, que también aporta bienestar a la sociedad.