Convergen en el tiempo no solo la evaluación de los primeros veinte años de vida de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea, que permiten obtener lecciones muy relevantes para informar procesos de decisión en el futuro, sino también desafíos a futuro y oportunidades inequívocas en relación al Pacto Verde y los planes de recuperación y resiliencia. España no permanece ajena a la discusión europea: España es Europa.

España, por su parte, se encuentra inmersa en un proceso de planificación casi sin precedentes, en torno a la idea de transición ecológica en nuestro modelo de desarrollo. Como parte de ese esfuerzo trascendente, se han aprobado o sometido a consulta pública el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC 2021-2030), el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC 2021-2030), la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo (ELP 2050), y a ellos se suman la Estrategia de Economía Circular e, inequívocamente, el Plan Nacional de Depuración, Saneamiento, Eficiencia, Ahorro y Reutilización (Plan DSEAR) y la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas. No todos esos ejercicios pertenecen en sentido estricto a la política de agua, pero, en todos ellos, el agua es un elemento central

Durante el año 2020 ha habido un gran número de iniciativas de estrategias y planes tanto en la Unión Europea como en España en relación con el agua.

La Unión Europea ha aprobado un plan de acción europeo de economía circular, una estrategia de biodiversidad para 2030 que persigue un objetivo muy ambicioso, recuperar ríos, tenerlos libres de obstáculos y plantea un objetivo de 25.000 kilómetros en los ríos europeos. La estrategia de la Granja La Mesa, donde se incide mucho en las cuestiones ligadas a la contaminación difusa por nitratos o pesticidas. Para el año que viene tienen prevista una estrategia de adaptación al cambio climático y contaminación cero en aire, suelo y agua.

En España estamos desarrollando estrategias y planes que van en la línea del Pacto Verde del agua europeo. Se ha elaborado, por ejemplo, un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático ya que es esencial que evaluemos impactos, estudiemos las vulnerabilidades de los distintos territorios de España, veamos el riesgo que se corre y planteemos medidas de adaptación. Este Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático tiene una parte relevante dedicada al agua. Pero también hemos desarrollado una estrategia de economía circular en línea con el plan europeo y una estrategia nacional de infraestructura verde y de conectividad y restauración ecológica donde también incidimos sobre esa recuperación de nuestros ríos y acuíferos, en general de nuestras masas de agua. Y para el año que viene tenemos previsto que se apruebe la ley de cambio climático y transición energética que ahora en este momento se encuentra en tramitación parlamentaria.

Se ha elaborado también un libro verde sobre la gobernanza del agua por el ministerio y que ha sido fruto de numerosos procesos participativos durante los últimos dos años y ahora también se están terminando de elaborar tanto los planes hidrológicos de cuenca como los planes de gestión del riesgo de inundación que saldrán a consulta pública a principios del año que viene.

Esos son los instrumentos fundamentales que tenemos en el mundo del agua para llevar adelante esas políticas que se quieren hacer, hay que planificar de acuerdo con el conjunto de las administraciones y con todas las partes interesadas, usuarios y ciudadanos en general, cómo queremos que evolucione el sector del agua en la gestión del agua en nuestro país.

Está en consulta pública un plan específico para la depuración, saneamiento, eficiencia, ahorro y reutilización de las aguas que yo diría que realmente no es un plan sino que es un instrumento de gobernanza donde se han analizado cuáles son los principales problemas que existen en el saneamiento y depuración, por qué no hemos sido capaces en los últimos años de avanzar al ritmo que deberíamos hacerlo,  cómo la coordinación entre administraciones es absolutamente necesaria y qué elementos normativos hay que cambiar para poder desarrollar todo esto con la máxima rapidez.

Teodoro Estrela concluía con las líneas de acción de la Dirección General del Agua. Primero lucha contra la contaminación tanto puntual como difusa, otra línea de acción es restaurar ríos y acuíferos, planes de gestión del riesgo de inundaciones, mejorar la seguridad hídrica tanto en relación a la garantía de suministro como en la seguridad de las infraestructuras y todo en un marco donde es necesario avanzar en la digitalización de la administración general del estado en materia de agua. A todo esto nos va a ayudar el plan de recuperación y resiliencia.

Tenemos muchos retos y también oportunidades, creo que es fundamental adaptarnos a los riesgos climáticos que vamos a tener en nuestro país, creo que es fundamental también la gestión integrada de todos los recursos hídricos, tenemos que utilizar tanto los recursos convencionales superficiales como subterráneos, como en las aguas procedentes de la reutilización o la desalación, lo hemos de utilizar todo de la mejor manera posible para hacer un uso sostenible del agua y con un objetivo fundamental, recuperar nuestros ríos, recuperar nuestros acuíferos, nuestras zonas húmedas y luego protegerlas para que no se vuelvan a deteriorar.

Vargas comenzó su exposición hablando sobre el Pacto Verde europeo que fue presentado en diciembre de 2019. Hoy más que nunca existe esta necesidad de centrar esfuerzos en una transición ecológica a través de una recuperación verde. La Comisión Europea presentó esto como una hoja de ruta para asegurar un salto hacia la sostenibilidad. Hay muchísimos elementos relacionados con el agua en el Pacto Verde y muchas iniciativas, estrategias y planes de acción.  Algunos ejemplos son la estrategia de biodiversidad y este objetivo de restaurar 25.000 kilómetros de río que nos parece esencial para avanzar hacia una recuperación de los ecosistemas, la estrategia de sustancias químicas, la estrategia de adaptación al cambio climático, etc.

En relación a las políticas europeas, la Directiva Marco del Agua que tiene ya 20 años, ha sido una pieza legislativa clave y pionera en su naturaleza. Desde la Comisión Europea tenemos la obligación de evaluar estas políticas periódicamente y hemos concluido que aunque sea adecuada hay ciertas áreas que necesitan más atención y vemos el Pacto Verde como una oportunidad para centrarnos en estas conclusiones, trabajar y mejorar la implementación. Éstas áreas que necesitan más atención son la contaminación química, la integración, la coherencia de políticas, queremos integrar aspectos de protección y de gestión sostenible del agua en otras políticas y que las líneas sean coherentes esto es especialmente importante para cambio climático, para agricultura, para planificación territorial y esto a su vez es la base del Pacto Verde, queremos un enfoque coherente, global y que de alguna manera todas las políticas vayan en la misma dirección hacia una transición más verde y más sostenible. Otra de las conclusiones de la revisión de la Directiva Marco apunta a la necesidad de la digitalización, de mejorar o modernizar los aspectos administrativos y envíos de datos

Estamos colaborando con organismos internacionales como la OCDE y en este sentido se ha hecho un estudio para determinar las brechas económicas entre inversiones necesarias e implementación.

El fondo de recuperación y resiliencia es una pieza clave que se lanzó desde la Unión Europea para hacer frente a las consecuencias sociales y económicas de la pandemia. Para que se reciban estos fondos, al menos un 37% del presupuesto de estos planes tiene que estar dedicado a objetivos de clima y medio ambiente. Estos fondos de recuperación y resiliencia son una oportunidad ya que pueden utilizarse en el sector del agua y pueden ser clave en la depuración y en el saneamiento.

Se pretende que se integren las políticas y que se presenten reformas a largo plazo, queremos conseguir cambios que aseguren una resiliencia a medio y largo plazo y no aplicar parches que puedan solucionar problemas a corto plazo.

Para terminar, Elisa Vargas quiso mencionar algunas de las recomendaciones para España por parte de la Comisión Europea: acelerar la implementación de la directiva marco del agua, se deben fijar objetivos claros en zonas protegidas y asegurar que los planes de acción funcionan, establecer una adecuada política de precios del agua, la gestión de la demanda, se necesita centrar esfuerzos en un mayor control, en adecuar las dotaciones, los permisos a los recursos disponibles, mejorar la cooperación entre las administraciones, mejorar la gestión y la absorción de fondos, la contratación pública y continuar con un diálogo fluido.

Tiende a interpretarse que la innovación solo se refiere al desarrollo tecnológico y su adopción. Sin embargo, aquellos que trabajan en el campo de la innovación tecnológica saben bien que ésta no es suficiente en sentido alguno. La tecnología es un medio (crucial) para un fin o una serie de ellos. Además, es necesaria igualmente la innovación en otros terrenos: el desarrollo institucional, el diseño de incentivos económicos y financieros, la sociedad y sus propias dinámicas, etc. La experiencia de California, tan próxima en algunos sentidos a las de las cuencas mediterráneas, muestra numerosas aristas relevantes en un lugar en el que las restricciones financieras no son vinculantes, las tecnologías para la gestión del agua están disponibles a diferentes escalas en distintos lugares del estado y donde, sin embargo, los desafíos de gobernanza y gestión no dejan de crecer ante el imperativo de adaptación al cambio climático

Llevo ocho años viviendo en California y una de las primeras cosas que me impactó más cuando llegué fue que en realidad tenemos climas muy parecidos, tenemos paisajes agrícolas muy parecidos y lo que es más relevante a nivel de gestión del agua es que ambos territorios tienen un régimen climatológico similar, una precipitación anual media muy parecida pero lo que es más problemático es que hay una acusada desigualdad entre las regiones con mayor disponibilidad hídrica y las zonas de mayor demanda.

En ambos territorios las particularidades del clima mediterráneo hacen que las aportaciones de agua varíen significativamente no solo estacionalmente sino también en ciclos interanuales ciclos de húmedos o ciclos secos que se convierten en sequías. Para hacer frente a estas recurrentes sequías tanto en california como en España se han desarrollado especialmente durante el siglo XX una densa red de infraestructuras hidráulicas. Como contraste y a pesar de todas estas similitudes la estructura institucional es muy diferente. En España hay una gestión muy centralizada a nivel de cuenca hidrográfica mientras que California cuenta con una gobernanza tremendamente descentralizada, una gobernanza en la que los organismos locales, las ciudades, las comunidades de regantes son muy autónomas y mucho menos dependientes en las instituciones centrales. Existen mayores incentivos para una gestión más eficiente a nivel local.

Alvar habló sobre los mayores retos de la gestión del agua California. Estos retos son en primer lugar la sostenibilidad en el uso del agua para la agricultura, existe un problema muy importante de sobre utilización de acuíferos. El segundo reto es el del acceso equitativo al agua de calidad. La reciente sequía que tuvimos entre 2012 y 2016 y más recientemente también la crisis económica y el incremento de desempleo asociado a la pandemia, han sacado a relucir que california sufre un problema estructural de acceso al agua. El tercero de los grandes retos es la mejora del estado de los ecosistemas acuáticos. La salud de los ecosistemas fluviales se ha venido degradando durante décadas en California, una tendencia que se ha hecho más aguda con las recientes sequías y el incremento de las temperaturas por el cambio climático.

Y esto me lleva a la tercera parte de mi intervención y es qué innovaciones se están implementando en materia de políticas públicas. Hablaré de cuatro principios para tratar de afrontar la creciente variabilidad climática pero que también sirven para incrementar resiliencia al frente de otros cambios que provocan incertidumbres. Estos cuatro principios que me parecen interesantes para subrayar son primero el alineamiento de objetivos y políticas institucionales, en segundo lugar, el fomento de programas con beneficios múltiples, en tercer lugar, el incremento de la flexibilidad y en cuarto lugar el diseño de políticas de incentivos.

Delacámara señalaba que tenemos un gran desafío en términos de innovación en políticas públicas, un gran desafío en términos de innovación de gobernanza, un gran desafío en lo que se refiere a la gestión de la complejidad y quiero compartir algunas ideas en relación a estos temas con ustedes en un contexto tan especial como el que han señalado Elisa y Teodoro en sus intervenciones donde por un lado España y otros estados miembros de la Unión Europea están haciendo unos esfuerzos impresionantes de planificación a largo plazo pero donde por otro lado la Comisión Europea ha encontrado el relato necesario para la política europea que tiene que ver entre otras muchas cosas con poner en el centro de la espina dorsal de todos los compromisos financieros a largo plazo para los próximos años precisamente el Pacto Verde europeo.

Transformar e innovar significa hacerlo no solo en la política de agua sino en la conexión entre la política de agua para garantizar mayores niveles de resiliencia de la sociedad y de la economía en su conjunto, garantizar mayores niveles de seguridad hídrica a largo plazo y todo esto conectándolo con nuestro compromiso ético ineludible con la adaptación al cambio climático. En primer lugar, tenemos que adaptar nuestros procesos de toma de decisión y de participación pública a un nuevo tiempo que demanda que tengamos mejor oído para lo que el ciudadano piensa y para el impacto real de las políticas públicas sobre los objetivos en los que realmente el ciudadano se fija. Delacámara añadía que tenemos que hacer un ejercicio de mostrar como la recuperación de costes a la que se refería de una manera muy precisa Elisa es crucial para resolver determinados objetivos que al ciudadano si le conciernen de una manera directa. La segunda observación que quiero hacer para justificar porque es necesario innovar en políticas públicas es que hay cierta desconexión entre los que diseñan políticas y los que las ejecutan. El tercer elemento es que por un lado nos encontramos con que los profesionales de la toma de decisiones necesitan tiempos y recursos tanto como los que se dedican a la ciencia y a la producción de conocimiento, para poder informar mejor de los procesos de decisión. Por último, decir que buena parte de los problemas más complejos están dirigidos precisamente por mandatos políticos circunscritos a la rigidez del ciclo político y en realidad el éxito de las soluciones políticas está vinculado a aprovechar determinadas ventanas de oportunidad y hay poner la mirada en el largo plazo, ayudarnos a pensar en la necesidad de planificar, de anticiparnos, a escapar de una política de agua que sólo sea de remediación de impactos y que no se anticipe a los desafíos.

Algunas convicciones vinculadas al contexto que vivimos son por un lado la pandemia, que está cambiando la manera en la que las personas viven e interactúan, lo que nos lleva a pensar que también se va a redefinir la relación con el gobierno, la transformación en el diseño de la ejecución de políticas y de servicios públicos. Hay una serie de elementos críticos que están confluyendo en el tiempo y que de alguna manera aumentan esta necesidad de redefinirse.

Gonzalo enfatizaba que ejecutar recursos no es sólo un compromiso de la dirección general de agua, no es sólo un compromiso de quienes tienen responsabilidades ejecutivas, es un compromiso también de la sociedad civil y de los emprendedores que tienen que ser capaces de entender el desafío y la oportunidad que se nos plantea ahora en términos históricos. Tenemos que ser capaces de conectar los desafíos en términos de seguridad civil y adaptación al climático a los objetivos superiores en términos de desarrollo económico y social de la economía.

Para terminar Delacámara hizo algunas observaciones. La primera es que debemos avanzar en generar decisiones políticas que cada vez estén más sostenidas sobre evidencia científica. Y la segunda es vivimos un momento de mucho tacticismo con mucha ausencia de estrategia y donde lo que hacemos es poner mucho énfasis en la política de comunicación y muy poco énfasis en lo que me parece que es verdaderamente importante y lo que modestamente el Foro de la Economía del Agua intenta contribuir que es la comunicación de la política.

Delacámara concluía que una vez más desde el Foro de la Economía del Agua se hace una reivindicación del discurso europeo, de la importancia de lo europeo en las discusiones que mantenemos aquí y de cómo todo eso nos aporta una diferente cultura en relación al diseño y ejecución de políticas públicas y una serie de oportunidades.

También añadía que tenemos que hacer un ejercicio de mostrar como la recuperación de costes a la que se refería de una manera muy precisa Elisa es crucial para resolver determinados objetivos que al ciudadano si le conciernen de una manera directa.

Otra idea que recalcaba era la de que tenemos que ser capaces de hacer que nuestra acción, que nuestro diseño y ejecución de políticas públicas sea muchísimo más transparente y haya un mejor mecanismo de rendición de cuentas porque ese proceso fomenta no sólo la innovación sino también la confianza.

Necesitamos conectar los objetivos de la política de agua con los objetivos de la política pública en general, lo cual implica entre otras cosas que la discusión se vaya trasladando progresivamente de instrumentos a fines.

Como conclusión final, tenemos que ser capaces de pasar de unas políticas que sean reactivas y que estén orientadas a la resolución de problemas a políticas que estén basadas en visiones a largo plazo donde hay más presencia de la estrategia y donde haya más proactividad.