La declaración final de la COP28, recién firmada, ha reconocido la necesidad de proteger, conservar y restaurar los sistemas hídricos y los ecosistemas relacionados con el agua. En el último acuerdo, la cumbre mundial del clima ha instado a los participantes a aumentar su ambición y sus acciones para reducir la escasez de agua inducida por el cambio climático; mejorar la resiliencia climática frente a los fenómenos extremos relacionados con el agua y trabajar para lograr sistemas de suministro de agua y de saneamiento resilientes, además de un acceso a agua potable segura y asequible para todos.
Bajo este enfoque, el ciclo urbano del agua y la necesidad de invertir en infraestructuras hídricas resilientes han tenido un papel destacado en la conferencia, que dedicó el domingo 10 de diciembre a la Alimentación, la Agricultura y el Agua, con un encuentro de alto nivel en colaboración con Brasil, país anfitrión de la COP30.
En ese marco se realizaron importantes anuncios de inversiones que pretenden avanzar en el acceso al agua potable en todo el mundo, y Emiratos Árabes y Brasil hicieron público el lanzamiento de un grupo de trabajo para los próximos dos años, que tendrá como eje principal la construcción de sistemas alimentarios resilientes al agua.
La Agenda del Agua de la COP28 ha tenido como objetivo avanzar en los acuerdos establecidos en la Conferencia del Agua de Naciones Unidas 2023, que ha colocado al agua en el centro de la agenda internacional, tanto por su papel imprescindible para asegurar la alimentación de una población creciente como por el valor del recurso en sí mismo.
El crecimiento de la población supone un reto especialmente crítico para la agricultura y para el agua, ya que, según datos de la FAO, la población llegará a los 9.000 millones de personas en 2050, lo que requerirá incrementar la producción de alimentos en un escenario de escasez hídrica en aumento.
Iniciativas multipaís
Durante la conferencia se anunció la adhesión de una treintena de países a la Freshwater Challenge, una iniciativa multipaís que tiene como objetivo integrar la restauración del agua potable dentro de las políticas nacionales y los marcos de planificación multisectoriales, canalizando los apoyos a nivel país y a nivel de cuenca, con la meta de proteger y restaurar el 30% de los ecosistemas de agua dulce degradados del planeta para 2030.
Por lo que respecta a los anuncios de inversiones, el fondo Water Equity lo hizo por valor de 100 millones de dólares, destinados a infraestructuras hídricas resilientes, con el objetivo de ayudar a las comunidades más vulnerables a afrontar los desafíos del cambio climático en los sistemas de agua urbana y a nivel de cuencas. Estas inversiones se centran especialmente en los países emergentes del sur y sureste de Asia, África subsahariana y Latinoamérica.
Por su parte, los miembros de la Iniciativa Catalizadora del Agua Urbana (UWCI) han anunciado una financiación de 42 millones de euros para acelerar la recuperación de los servicios de agua urbana en todo el mundo; invertir en infraestructuras resilientes y mejorar el acceso al agua de grupos de población vulnerable. De esta cuantía, 32 millones procederán del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania y 10 millones del Ministerio de Asuntos Exteriores de Países Bajos. La iniciativa fue impulsada durante la Conferencia del Agua de las Naciones Unidas por Alemania, Países Bajos, la UE y otros socios internacionales.
Finalmente, Emiratos Árabes Unidos se ha comprometido a destinar 150 millones de dólares para la financiación de la innovación destinada a abordar la escasez de agua, mientras que ocho bancos multilaterales de desarrollo (BMD) han anunciado que duplicarán el número de personas que se beneficiarán anualmente de su apoyo técnico y financiero en materia de agua en un plazo de tres años.