Con motivo del día 19 de noviembre, desde el Foro de la Economía del Agua, reflexionamos sobre la importancia de celebrar un día para reivindicar el avance en el derecho humano al saneamiento y en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de Naciones Unidas.
Hace solo unas semanas, en su discurso de apertura en la COP 26, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Gutérres, lanzó un durísimo mensaje a la humanidad. «Estamos cavando nuestra propia tumba», dijo, con la certeza de que nuestro planeta está mutando ante nuestra atónita mirada, desde el deshielo de los glaciares hasta los incesantes fenómenos meteorológicos extremos. En ese sentido, agregó: “Basta de tratar la naturaleza como un retrete”.
Aquellas palabras, dirigidas al planeta en toda su extensión, cobran hoy una dimensión especial. Porque los retretes que, a muchos de nosotros y de nosotras, nos resultan elementos simples, íntimos y cotidianos, constituyen uno de los principales desafíos en materia de saneamiento para casi la mitad de la población mundial.
Así es la realidad de 3.600 millones de personas, mayormente habitantes de países en desarrollo, que actualmente carecen de acceso a servicios gestionados de forma segura. Se estima que, al menos 673 millones de personas aún defecan al aire libre. Por ello, y para concienciarnos sobre la vital importancia del saneamiento, el 19 de noviembre, la humanidad celebra el Día Mundial del Retrete.
“Basta con que algunas personas de una comunidad no dispongan de retretes aptos para que la salud de todos esté en peligro”, nos advierten al respecto desde la ONU al considerar que “el saneamiento deficiente contamina las fuentes de agua potable, los ríos, las playas y los cultivos alimentarios y propaga enfermedades mortales entre la población”.
Porque a pesar del reconocimiento del acceso al saneamiento como derecho humano, todavía es necesario avanzar fuertemente en materia de inversión e innovación para llevar soluciones a lo largo y ancho del planeta en torno a una problemática que afecta especialmente a las personas en situaciones de vulnerabilidad. Quienes no formamos parte de esa mitad de la población sin acceso a un retrete, no dimensionamos la importancia de un elemento con el poder tanto de salvar como de destruir vidas.
En este sentido, se estima que alrededor de 1000 niños por día mueren debido a enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene. Y si bien se ha conseguido progresar de manera sustancial en esa línea, cerca de 1.800 millones de personas beben agua que podría estar contaminada por heces, al tiempo que el 80% de las aguas residuales generadas por la población mundial regresan al medio ambiente sin ser tratadas.
En sintonía con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 6 de Naciones Unidas, desde el Foro de la Economía del Agua llamamos a adoptar todas las medidas necesarias para garantizar la disponibilidad de agua y el acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos para todos de aquí al 2030.
En un marco de alianzas amplias e intersectoriales, políticas, empresariales y ciudadanas, que profundicen en la toma de decisiones y en la acción; que tengan presente la hoja de ruta, el horizonte estratégico y vital dibujado por Naciones Unidas en su Agenda 2030; y que no ignoren ni banalicen el riesgo de vulnerar los derechos humanos de aquellos que han quedado atrás, y que no tienen acceso a algo tan simple, íntimo y cotidiano, como un retrete.
Si quieres ser parte de la solución, te invitamos a difundir el mensaje, con un mismo objetivo y una misma ambición: que ningún ser humano se vea obligado a tratar a la naturaleza como un retrete. Por la salud y la dignidad de las personas, por el futuro, pero también por el presente de nuestro planeta y de nuestra humanidad.