Iniciamos el 2022 con una certeza: nuestro futuro es incierto y el medioambiente es una de las principales preocupaciones. A mediados de enero, el Foro Económico Mundial publicó su Informe de Riesgos Globales 2022, la 17ª edición del reporte que tiene por objetivo poner el foco sobre los peligros a los que se enfrenta el planeta. El clima ocupa un lugar preponderante en la actualidad, y especialmente de cara al futuro inmediato.
En este sentido, se destaca que, según la trayectoria percibida por los encuestados, los 5 principales riesgos que se convertirán en una amenaza crítica para el mundo en los próximos 5 a 10 años, están relacionados con el medioambiente. El fracaso de la acción climática, el clima extremo, la pérdida de biodiversidad, la crisis de los recursos naturales, y los daños medioambientales causados por el hombre dominan la lista de las mayores preocupaciones de los expertos.
Por ello, es imperativo: debemos hacer algo al respecto. Todos, sin excepciones, debemos ser partícipes y aportar nuestro granito de arena para afrontar el desafío y revertir esta tendencia que se cierne sobre nuestro planeta y que amenaza con poner en jaque la vida, como mínimo, tal y como la conocemos hoy.
Ese es el espíritu con el que este 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, que tiene por objetivo concienciar a la población mundial sobre la importancia de la temática; así como fomentar el conocimiento, la aptitud y el compromiso para trabajar individual y colectivamente en la prevención y búsqueda de soluciones a los conflictos relacionados. La iniciativa tuvo su origen en 1975, durante el Seminario Internacional de Educación Ambiental que se desarrolló en Belgrado, que contó con la participación de expertos de más de 70 países, y que estableció los principios de la Educación Ambiental en el marco de los programas de las Naciones Unidas, reflejados en el documento conocido como la Carta de Belgrado, en la que se plasman las reivindicaciones fundamentales que buscan ser una inspiración y una guía para preservar y mejorar nuestro entorno.
Entre los propósitos fundamentales de la educación ambiental, se contempla que tanto los individuos como las colectividades comprendan la naturaleza compleja del medioambiente, en el cual se produce la interacción entre aspectos físicos, biológicos, sociales, culturales, económicos; y que adquieran los valores y las habilidades prácticas para actuar responsable y eficazmente en su entorno.
Agenda 2030: el camino hacia un futuro sostenible
Entender que el desarrollo humano no puede comprometer la conservación del planeta es uno de los retos en los que se nos puede ir literalmente la vida. Preservar el equilibrio, así como superar el modelo extractivista que supone a la naturaleza como una fuente inagotable de recursos, son algunos de los ejes en los que debemos enfocarnos a la hora de contener las graves consecuencias que enfrentamos hoy y que nos determinarán el día de mañana.
En esa línea, se enmarca la Agenda 2030 de Naciones Unidas, y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que figuran el ODS 13, Acción por el Clima: un llamamiento a adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos, avanzar en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, así como en materia de adaptación, para afrontar las responsabilidades y facilitar un futuro próspero, solidario y compatible con la seguridad climática.
Por otro lado, el ODS 4, Educación de Calidad, busca garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos. Entre sus objetivos de aquí al 2030, contempla asegurar que todo el alumnado adquiera los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.
Desde el Foro de la Economía del Agua nos sumamos al desafío de ser partícipes del cambio. En este Día Mundial de la Educación Ambiental, les invitamos a compartir la información a través de las redes sociales, para que no perdamos de vista las principales problemáticas a las que nos enfrentamos, y nos transformemos en una usina de ideas y soluciones. Con el hashtag #EA26, puedes ser parte de esta excelente oportunidad para aportar tu granito de arena por un mundo mejor.