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Agua en España: Un desafío compartido que exige conciencia, colaboración y gestión eficiente
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El agua es vida, un recurso indispensable para nuestra supervivencia, la economía y el equilibrio ambiental. Sin embargo, en España, la gestión del agua enfrenta retos cada vez más complejos debido a la creciente demanda, el cambio climático y la distribución desigual del recurso en nuestro territorio. El estudio “El agua en España: opiniones, actitudes y prioridades de los ciudadanos” realizado por el Real Instituto Elcano y presentado en la Fundación Botín en julio de 2025, nos ofrece una visión profunda sobre cómo los ciudadanos perciben el agua, sus preocupaciones, conocimientos y prioridades, así como el papel que deben jugar las diferentes instituciones y actores en su gestión.
Una de las conclusiones más importantes del informe es la elevada preocupación ciudadana por los problemas relacionados con el agua, especialmente en regiones con estrés hídrico como el Arco Mediterráneo y Andalucía. No obstante, existe una brecha notable entre esta preocupación y la disposición efectiva para adoptar medidas de ahorro o para aceptar incrementos en el precio del agua. Esto evidencia que, si bien el agua es un tema sensible, falta un cambio cultural que transforme la conciencia en acciones concretas.
Este punto es crucial para entender que la educación y la sensibilización deben ir acompañadas de políticas y estrategias que faciliten y motiven comportamientos responsables. Pero también implica que la gestión del agua debe ser transparente, eficiente y confiable para ganarse la confianza y el compromiso de la ciudadanía.
El desconocimiento sobre el uso real del agua
El estudio revela un desconocimiento generalizado sobre cómo se distribuye y utiliza el agua en distintos sectores económicos. Por ejemplo, la mayoría sobreestima el consumo de la industria y subestima el de la agricultura, sector que consume entre el 60 y el 80 por ciento del agua. Este desconocimiento limita la capacidad de los ciudadanos para apoyar políticas que realmente impacten en la eficiencia del uso del agua y en la sostenibilidad a largo plazo.
Por ello, es fundamental fomentar la transparencia y ofrecer información clara, comprensible y accesible sobre el ciclo integral del agua, su uso real y los retos que afrontamos. Solo una ciudadanía informada puede participar activamente y exigir una gestión eficiente y sostenible.
Ante estos desafíos, el papel de las empresas privadas en la gestión del agua cobra una relevancia especial. La experiencia demuestra que las alianzas público-privadas pueden ser un motor fundamental para mejorar la eficiencia, la innovación y la calidad del servicio. Las empresas privadas aportan capacidad técnica, inversión, gestión ágil y experiencia que complementan y potencian la labor de las administraciones públicas.
El estudio también pone de relieve una baja confianza en las instituciones públicas, mientras que la comunidad científica goza de una valoración alta. Esto señala una oportunidad para que las empresas privadas, junto con las instituciones públicas y el sector científico, trabajen conjuntamente para reforzar la credibilidad y la legitimidad institucional.
Además, la innovación tecnológica, como el uso de aguas regeneradas y la desalación, áreas donde las empresas privadas lideran avances, cuentan con un amplio respaldo social, especialmente para usos no potables. Este respaldo social es un activo para acelerar la adopción de estas soluciones innovadoras que amplían la oferta hídrica y contribuyen a la sostenibilidad.
El estudio muestra que aproximadamente dos tercios de los españoles creen que podrían reducir su consumo diario de agua, un dato alentador que refleja una autoeficacia percibida alta. Sin embargo, casi la mitad no conversa sobre el tema en su entorno cercano, limitando así la generación de normas sociales que incentiven el ahorro.
Aquí la colaboración público-privada también puede jugar un papel importante, implementando campañas educativas y programas participativos que impulsen un cambio cultural. El ahorro de agua no solo depende de tecnologías o infraestructuras, sino también del compromiso activo y cotidiano de cada persona.
La sostenibilidad del agua en España no puede dejarse en manos de un solo actor. Requiere un esfuerzo conjunto, donde la ciudadanía participe informada y activamente, donde las instituciones públicas garanticen transparencia y marco regulatorio sólido, y donde las empresas privadas aporten innovación, eficiencia y calidad en la gestión.
Las alianzas público-privadas emergen como un modelo imprescindible para afrontar los retos actuales y futuros, capaces de combinar lo mejor de ambos mundos: la orientación social y de servicio público con la capacidad técnica y de gestión privada.
Solo con esta colaboración, junto con un compromiso social real que trascienda la preocupación y se traduzca en acción, podremos asegurar que el agua siga siendo un recurso disponible, seguro y sostenible para todos.
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