Naciones Unidas ha publicado el Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2023, cuyo lema es “Alianzas y Cooperación”. La principal conclusión del texto es que establecer alianzas y mejorar la cooperación en todas las dimensiones del desarrollo sostenible es esencial para acelerar el avance hacia el logro de los objetivos y metas en materia de agua.
El Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2023 presenta un conjunto de datos sobre el estado de los recursos de agua dulce en el mundo, la calidad del agua y de los ecosistemas, así como una cuantificación del incremento de los fenómenos meteorológicos extremos vinculados al cambio climático. El texto analiza además el progreso de consecución de las metas del ODS 6 y profundiza en la distribución del agua según sus diferentes usos y las perspectivas de acceso al agua por regiones, aportando una serie de ejemplos de acción que han contribuido a la mejora de la calidad y el acceso al agua.
El informe señala que el uso del agua ha venido aumentando un 1% cada año durante las últimas cuatro décadas y, en paralelo, la disponibilidad de agua per cápita ha caído un 20% entre los años 2000 y 2018. De este modo, cada vez hay más personas que tienen dificultades de acceso al agua, especialmente en las zonas urbanas. Así, se calcula que la población que habita en las ciudades y que sufre escasez de agua aumentará desde un tercio del total en la actualidad a la mitad en 2050.
Aceleradores para la consecución del ODS 6
Tras el análisis de la situación actual y las previsiones de futuro, el informe de Naciones Unidas plantea cinco aceleradores para avanzar en la consecución del ODS 6: la educación y el desarrollo de capacidades; los datos y la información; la innovación; la financiación y la gobernanza.
Con respecto a la innovación, el informe destaca que las nuevas tecnologías están facilitando la explotación de recursos hídricos nuevos y no convencionales, así como la creación de oportunidades para el reciclado y la reutilización de aguas residuales. Además, apunta que las nuevas herramientas pueden facilitar la creación de alianzas y favorecer la participación de personas competentes capaces de aprovecharlas.
En esta línea de impulso de la cooperación, el informe destaca la importancia de las alianzas “entre la industria y los proveedores de tecnologías, como universidades y empresas” para “acelerar la incorporación de nuevas tecnologías al procesamiento, distribución y tratamiento del agua”.
Impulsar las inversiones
Por lo que respecta a la inversión, el informe apunta que las inversiones relacionadas con el agua se han venido sufragando con presupuestos públicos y contribuciones de los usuarios del agua, mientras que la ayuda al desarrollo destinada a este recurso, aunque ha aumentado de forma constante en las últimas dos décadas, solo representa una pequeña parte en comparación con otros sectores.
El informe advierte que, para revertir esta situación y conseguir un acceso equitativo al agua potable y al saneamiento para 2030, podría ser necesario triplicar los actuales niveles de inversión, para lo que sería muy útil una mayor coordinación entre las partes interesadas que pueda generar flujos de financiación adicionales. “Los mecanismos de cooperación son clave a la hora de reunir a estos beneficiarios”, apunta el informe, que pone como ejemplo a los fondos de agua como “plataformas formadas por múltiples partes interesadas que reúnen financiación aportada por diferentes actores”.
Gobernanza: alianzas público-privadas en marcos legislativos estables
El informe hace también hincapié en la importancia de una adecuada gobernanza para mejorar el acceso universal al agua, señalando la necesidad de un enfoque “que abarque a toda la sociedad”, en la búsqueda de “un consenso social generalizado acerca de los objetivos de las políticas y la forma de alcanzarlos”.
Con respecto a la implicación del sector privado, el informe apunta que, manteniendo las competencias soberanas de las autoridades públicas a la hora de garantizar el progresivo cumplimiento del derecho al agua potable segura y al saneamiento, las asociaciones público-privadas necesitan fundamentarse en “una cooperación que resulte beneficiosa para todas las partes interesadas”, es decir, “obedecer al interés público y proporcionar una rentabilidad decente al proveedor de los servicios”. El texto recuerda que la acción de ambos sectores es más eficaz “con marcos legislativos claros, previsibles y estables”, ya que consiguen que “las inversiones a largo plazo se puedan afrontar con confianza”.
Como conclusión final, Naciones Unidas apunta que solo las alianzas y la cooperación conseguirán cumplir todos los retos señalados en el informe: “salvaguardar la seguridad hídrica, alimentaria y energética a través de una gobernanza sostenible; proporcionar suministro de agua y saneamiento para todos; apoyar la salud y los medios de vida; mitigar los impactos del cambio climático y los eventos extremos, y sostener y restaurar los ecosistemas con los valiosos servicios que proporcionan”.