- Ante un escenario de escasez hídrica y mayor demanda de alimentos, el regadío multiplica por seis la productividad agrícola, aumenta hasta cuatro ve-ces la renta de los agricultores y genera hasta tres veces más empleo
- Las comunidades de regantes son un buen ejemplo de la colaboración exitosa entre los ámbitos público y privado, destacando su arraigo social, su independencia del poder político y su versatilidad
- España cuenta con un sector empresarial puntero a nivel mundial, cuyo conocimiento, así como el de las comunidades de regantes, es muy útil para conseguir la mayor eficiencia en la gestión de agua para la agricultura
Ante un escenario de escasez hídrica y de aumento de población, que trae consigue un incremento de la demanda de alimentos, el Foro de la Economía de la Economía del Agua ha reivindicado la importancia del regadío para cubrir estas necesidades y ha apostado por su modernización y el impulso de la colaboración público-privada para aumentar su eficiencia.
Según estimaciones de la FAO, la producción de alimentos a partir de riego crecerá en más del 50% para 2050, mientras que el agua extraída por el sector agrícola solo podrá incrementarse en un 10%. Ante este escenario, “debemos buscar más recursos de agua, procedentes sobre todo de fuentes no convencionales como la reutilización, pero también debemos actuar sobre la demanda, buscando mecanismos de ahorro de agua. Para garantizar la producción de alimentos, el regadío ha demostrado ser un modelo de éxito”, explica Estanislao Arana, director académico del Foro de la Economía del Agua, que ha participado en las Jornadas Sobre el Valor del Agua celebradas por la Universidad de Granada.
“El regadío multiplica por seis la productividad agrícola, aumenta hasta cuatro veces la renta de los agricultores y genera hasta tres veces más empleo. Una clara evidencia de este éxito es que, con solo un cuarto de la superficie cultivada en España regada a través de este sistema, el regadío representa el 65,5% de la producción agrícola”, explica Arana. Teniendo estos datos en cuenta, el experto asegura apunta que “debemos revertir la imagen de que el agua y la agricultura son enemigos irreconciliables y recuperar el aprecio social por el regadío, que aporta seguridad y autonomía alimentaria, cohesión del territorio y efectos ambientales positivos”.
La importancia de la colaboración público-privada
La escasez de agua y el aumento de demanda de alimentos hace más necesaria que nunca la mejora de la eficiencia de los sistemas de regadío, para lo cual, la colaboración público-privada es una fórmula que se ha demostrado eficaz. “Las comunidades de regantes con las que cuenta España reflejan muy bien esta colaboración exitosa entre los ámbitos público y privado, destacando su arraigo social, su independencia del poder político y su versatilidad”, explica Estanislao Arana.
Dentro de los grandes retos de esta colaboración público-privada, Arana destaca “la mejora permanente de las comunidades de regantes y la dotación de más medios para la Administración, de modo que pueda desarrollar correctamente sus funciones, que consisten principal-mente en la inspección, sanción y autoridad, dejando a la sociedad civil las funciones de gestión y de calidad”. Para la mejora y modernización del regadío, el experto recalca que “contamos con un sector empresarial puntero a nivel mundial, cuyo conocimiento, así como el de las comunidades de regantes, debemos aprovechar para conseguir la mayor eficiencia en la gestión de agua para la agricultura”.