- La sequía es un problema muy complejo que afecta a múltiples áreas, por lo que la solución tiene que ser forzosamente multisectorial y multidisciplinar
- Los efectos de la sequía van mucho más allá de una posible falta de suministro: repercute negativamente sobre la agricultura, la actividad económica al completo y el medio ambiente (Estanislao Arana)
- Para evitar conflictos en el reparto del agua, la apuesta debe ser emplear solo el agua disponible y reutilizarla al máximo, a través de tecnologías de reúso y desalación que requieren inversiones de calado (Jorge Olcina)
Tras un mes de enero particularmente seco, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha augurado una primavera cálida y con pocas precipitaciones. En la actualidad, según datos del MITECO, la reserva hídrica se encuentra al 44,3% de su capacidad total.
Ante esta situación, que podría ser la antesala de un periodo de sequía en España, el Foro de la Economía del Agua recuerda que la gestión de esta situación requiere un abordaje multinivel, que combine medidas legislativas, políticas públicas y concienciación individual y social, además de una apuesta por soluciones tecnológicas de reutilización del agua.
La sequía es un problema muy complejo que afecta a múltiples áreas, por lo que la solución tiene que ser forzosamente multisectorial y multidisciplinar. Estanislao Arana, director académico del Foro de la Economía del Agua, apunta que “lo que más preocupa a gobiernos, legisladores y sociedad son las dificultades de acceso de la población al agua, pero los efectos de la sequía van mucho más allá: repercute negativamente sobre la agricultura, sobre la entera actividad económica y sobre el medio ambiente, provocando desertización, pérdida de calidad de la tierra, pandemias y plagas”.
“Esta situación extraordinaria de sequía, unida a una ordinaria de escasez, tiene que servir para tomarnos más en serio aún la necesidad de inversiones en el sector del agua”, añade Arana. “Inversiones en infraestructuras que permitan evitar pérdidas en la red de abastecimiento e inversiones que aumenten el número y mejoren las estaciones depuradoras existentes para poder reutilizar en mejores condiciones y en mayores cantidades el agua residual. Estamos en un momento de reparto de fondos de la Unión Europea, si de verdad queremos que las sequías que están por llegar no nos afecten tanto, es el momento de solucionar esos problemas de futuro, pero de un futuro cierto” apunta.
La importancia de la planificación hídrica para la gestión de la escasez
El Foro de la Economía del Agua recuerda además que la planificación hídrica es un elemento fundamental para abordar la sequía, así como la educación ciudadana y la gestión hídrica centrada fundamentalmente en la demanda, es decir, la articulación del consumo del agua en función de la disponibilidad del recurso.
Tal y como quedó patente en el informe del IV Conversatorio del Foro de la Economía del Agua, cuando se habla de sequía y sobre todo de escasez de agua (en caso de sequía crónica y estructural), la gestión hídrica más adecuada es la que parte de la demanda, que es la que debe adaptarse a los recursos disponibles. No obstante, es importante también destinar esfuerzos a la gestión de la oferta, que pasan fundamentalmente por la reutilización de las aguas residuales para múltiples usos, entre los que se encuentra su empleo para la agricultura, la industria y la generación de energía.
En esta línea, Jorge Olcina, Catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante, apunta que “en un contexto de cambio climático, la gestión de la oferta del agua es cada vez más difícil y a menudo trae consigo tensiones territoriales. Para evitar conflictos en el reparto del agua, la apuesta debe ser emplear solo el agua disponible y reutilizarla al máximo, a través de tecnologías de reúso y desalación, que requieren inversiones de calado”.
Estas tecnologías ya están disponibles en la actualidad, tal y como explica Carlos Mario Gómez, miembro del Comité Académico del Foro de la Economía del Agua: “España tiene tecnología e infraestructuras de sobra para producir agua desalada suficiente, para regenerar aguas residuales y para desarrollar soluciones de ahorro de agua para todos los usos”.