El Presidente del Foro de la Economía del Agua y fundador de BforPanet, Francisco Lombardo, junto a la periodista especializada en sostenibilidad y RSC Raquel Paiz, participaron en la feria internacional Municipalia, que se celebra en Fira Lleida, de la mano de la Unión Iberoamericana de Municipalistas, en el marco de la IV Misión Técnica Internacional Soluciones Sostenibles para la gestión de nuestras ciudades.
Con el título, “Agua para el desarrollo sostenible, ahora o puede que nunca”, abordaron la la urgencia de promover una marco de gestión sostenible del agua, para evitar un riesgo más que probable del recurso; así como el dictado de un nuevo derecho humano al futuro, en los términos planteados por el presidente del Foro de la Economía del Agua y Fundador de BforPlanet, el pasado mes de julio.
Hablar de agua en un contexto de sostenibilidad desde un enfoque optimista es un desafío que se asienta sobre cuatro pilares: amplitud de miras, vocación de construir un futuro basado en los principios del desarrollo sostenible, análisis crítico de la situación actual y capacidad de adaptación.
Porque si bien la inclusión por parte de Naciones Unidas en la Agenda 2030 de un ODS específico para el tema, el ODS 6, en 2015, supuso un avance importante en la materia, seis años y una pandemia después, con más de un tercio del trayecto trazado recorrido, su abordaje parece condenado a la más pura irrelevancia.
Así lo señala el Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2021, que revisa el progreso global de las metas mediante el análisis de sus indicadores y que evalúa que el panorama en torno al ODS 6, Agua y Saneamiento, exige de un mayor compromiso y coordinación de los esfuerzos. “El mundo no está bien encaminado”, advierten al considerar que “se necesita urgentemente una aceleración espectacular de las tasas actuales”, así como “enfoques integrados y holísticos” en su gestión.
Según el informe, al comienzo de la pandemia de COVID-19, 2 mil millones de personas carecían de agua potable gestionada de manera segura; 771 millones, de agua potable básica; 3.600 millones, de saneamiento gestionado de forma segura; 1.700 millones, de saneamiento básico. Para alcanzar los objetivos 2030, estiman necesario “cuadriplicar las tasas de progreso actuales”.
A pocos días de que se celebre la COP26, expertos hídricos y económicos reclaman un papel central para el agua y alertan de que, “si bien el tema está adquiriendo protagonismo en las estrategias de adaptación, no tiene el peso que merece en cuanto a mitigación”. En esa línea, el pedido es uno: que en las negociaciones climáticas “la gestión hidrológica sea un elemento prioritario”.
Por ello, debemos hacer una llamada de atención a la comunidad internacional sobre una crisis que requiere de la participación de todos los sectores, y que, de no ser abordada, nos habrá empujado hacia un mañana sin futuro, en un escenario en el que no seremos capaces de garantizar la disponibilidad de recursos vitales a lo largo y ancho del Planeta.
En su intervención, han expresado la “preocupación” ante la falta de arrojo para abordar el gran desafío, porque la gestión del agua es uno de esos temas donde se hace cierto énfasis en cuestiones críticas que, siendo importantes, desvían la atención en torno a lo más importante y urgente respecto del recurso: garantizar la disponibilidad y la seguridad hídrica para reducir la vulnerabilidad ante la escasez y el riesgo de sequía, y favorecer la mitigación y adaptación al cambio climático.
Sostenibilidad hoy para tener un mañana
“Si en 2021 seguimos reivindicando la centralidad del agua para el desarrollo sostenible, es porque no hemos entendido algo tan simple como que un planeta sin agua es un planeta inviable, donde no habrá ni economía ni sociedad posible”. Somos la primera generación que conoce la magnitud del riesgo. Pero la última, al parecer, con capacidad de remediarlo.
Urge, pues, abordar la tarea desde un punto de vista multidisciplinar, cooperativo e innovador; que haga de la tecnología y el conocimiento los grandes aliados en la gestión de los recursos; en un marco de alianzas, colaboración público-privada y sinergias que permitan alcanzar los mejores resultados, encontrar nuevos caminos y más oportunidades para mitigar los riesgos a los que se enfrenta la humanidad en toda su extensión. En línea con el ODS 17, desde una perspectiva multistakeholder porque ofrecer soluciones a retos globales requiere de una creatividad compartida.
En definitiva, hablar del futuro es hablar del agua. De la sostenibilidad de un recurso vital, a la par que escaso. De la necesidad de dar un giro in extremis a las previsiones que, de no actuar, dibujan un escenario desolador para países como España, según el documento “España 2050”, que sugiere un país más cálido, árido e imprevisible que el de hoy, donde las sequías “afectarán a un 70% más de nuestro territorio, los incendios y las inundaciones serán más frecuentes y destructivos”, donde “27 millones de personas vivirán en zonas con escasez de agua, y 20.000 morirán cada año por el aumento de las temperaturas”.
Naturalmente, ante este panorama, solo cabe una actitud revolucionaria y transformadora: ocuparnos hoy de lo que no queremos que nos preocupe mañana, porque entonces puede que sea demasiado tarde.