Los expertos del sector público, privado y financiero que participaron en
“Agua y sostenibilidad, nuevos criterios de inversión” coincidieron en que la seguridad hídrica debe ser una prioridad estratégica en América Latina. La inversión en agua dejó de ser vista solo como un tema ambiental y pasó a integrarse en un enfoque que combina rentabilidad, impacto social y sostenibilidad. Según Verónica Binder (SDK), el sector del agua es transversal a toda la economía, y las tecnologías watertech —desde sensores hasta plantas desalinizadoras— ofrecen oportunidades de innovación y resiliencia empresarial.
Desde la banca ética, Juan Pablo Baraona subrayó la importancia de financiar proyectos con impacto socioambiental, mientras que Franz Rojas (CAF) destacó que la región requiere una transformación profunda en la gestión hídrica. América Latina necesita invertir unos 36.000 millones de dólares anuales, pero solo destina cerca de 7.000 millones. Para cerrar esta brecha, se plantean esquemas de financiamiento combinado, protección de cuencas, soluciones basadas en la naturaleza y eficiencia hídrica como parte de una estrategia integral de seguridad hídrica.
Los panelistas también identificaron barreras, como la fragmentación institucional y la falta de estudios técnicos, pero señalaron oportunidades en los bonos de impacto, el financiamiento basado en resultados y los incentivos reputacionales. La conclusión fue clara: startups, empresas y gobiernos deben acelerar la inversión en agua con una visión transversal que conecte innovación, sostenibilidad financiera y compromiso social. Como advirtieron los expositores, actuar ahora es clave para enfrentar la crisis hídrica y climática de la región.
Jorge Rivas, Superintendente de Servicios Sanitarios (SISS), ofreció un balance sobre los avances del sector sanitario en Chile, destacando la transición histórica hacia un modelo de alianza público-privada que permitió alcanzar casi el 100% de cobertura en saneamiento y mejorar la calidad del servicio, con una notable reducción de los cortes de agua no programados. Rivas resaltó que Chile, junto con Costa Rica, es el único país en Latinoamérica donde se puede beber agua directamente de la llave, lo que coloca al país en el grupo de naciones con estándares de agua similares a los del primer mundo. Por su parte, Daniel Tugues, gerente general de Aguas Andinas, destacó la alta calidad y competitividad del sistema de agua potable y saneamiento, aunque advirtió sobre los efectos del cambio climático, como las sequías extremas, que impactan gravemente al país. Tugues enfatizó la necesidad de tomar decisiones valientes para enfrentar estos desafíos y propuso soluciones innovadoras, como un «shock de infraestructura», para asegurar la continuidad del servicio frente al cambio climático.