En los últimos años el concepto de la seguridad hídrica ha emergido como el principal objetivo de la gestión del agua. La razón fundamental se encuentra en que prácticamente todos los desafíos de la gestión colectiva del agua son amenazas para las personas, ponen en riesgo los avances del progreso económico o comprometen los ecosistemas y su capacidad para aportar los flujos de servicios que son indispensables para la economía.